Consciencia
duendadil
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Un entomólogo es alguien
que estudia profesionalmente los insectos. John es uno de ellos,
ahora le podemos ver atravesando un bosquecillo de su lluvioso país
con un foco en la mano derecha y un cazamariposas sobre el hombro.
Finalmente, encuentra un claro de su agrado y coloca el foco
sobre una piedra. Lo enciende y se pone a esperar, observando el
revoloteo de insectos atraídos por la luz artificial de su foco.
Mientras esto sucede, en la mente de John pasa un diálogo
parecido a este: Ya tengo suficientes
mariposas azules comunes, ¿por qué serán las primeras siempre en
acudir al foco? Estoy seguro de que aquí hay mariposas portero y
reticuladas de montaña... ah... mira las alas de esta argus
escocesa, ¿será posible cruzar a una mariposa con una polilla? Oh!
Una adonis azul, esa no la tenemos, ¡ven acá!
Y
entonces, John capturó a la adonis azul, la metió en un frasquito y
siguió a la espera de su mariposa “admirante blanco” y se
entretuvo cazando a la mariposa “Comma” y también a una “madera
blanca real”...
Entonces, ocurrió algo muy inesperado para
un entomólogo, llegó un bicho a toda velocidad, se posó en su
nariz y antes de que pudiese agitar mucho su cazamariposas, se largó
zumbando. ¿Será posible? ¿Qué
clase de lepidóptero se habrá chocado contra mi nariz? ¿Habrá
sido una mariposa malaquita? Y
en esta clase de reflexiones estaba, cuando aquel ser alado,
sobrevolando su nuca, se posicionó sobre su nariz y se la besó y
aún le dió tiempo a salir escopetada. Aunque John agitó su
cazamariposas de izquierda a derecha, el diminuto agresor, ya se
encontraba a cien metros de distancia, observando a John tras unos
setos... No comprendo a ese
gigante pelotudo, por qué quema a las mariposas con su sol portátil?
¿Por qué las encierra en su vaso de hielo? ¿No se las come? Voy a
volver a la carga, pero esta vez le daré bien duro, parece que se ha
puesto muy nervioso antes, quizá con una tercera vez consiga que se
vaya
Y
entonces, agitando sus cuatro alas, parecidas a las de una libélula,
el hada atravesó la oscuridad a gran altura, lejos del foco que
capturaba la voluntad de toda clase de moscas, mosquitos y
lepidópteros, descendió a la derecha del entomólogo y entonces
John captó un movimiento extraño y giró la cabeza hacia allá, a
tiempo para recibir una patada entre ceja y ceja, que le puso bizco
por un segundo. La palma de su mano fue hacia allá a toda velocidad,
pero el hada ya había despegado y tan solo pudo golpearse la frente,
en un gesto de quien se da cuenta demasiado tarde de algo... no
obstante, John se recuperó pronto, agarró su linterna y fue tras el
supuesto bicho corriendo con su cazamariposas en ristre...
Tras
la segunda hilera de árboles, se perdió, pero allí pudo observar
una luz, ¿será una luciérnaga? ¿Pero tan rápida? ¿Habré
descubierto una nueva especie de lucerna? ¡lepidóptero ignotus
borealis! ¡No te escaparás!
Entonces John, tuvo la mala
fortuna de entrar en un círculo de setas, cuya protección consistía
en hacer diminutos a los entomólogos y a cualquier animal grande que
pasase por encima.
De pronto John, se encontró en un poblado
de duendadas... los había de todo tipo y condición, pero por lo
general tenían brazos larguiruchos, desgarbadas espaldas,
puntiagudas orejas y anchas bocas que sonreían a la guisa de los
sapos y de los caimanes.
Por otro lado, casi todas las hadas
tenían cuerpos esbeltos, largos cabellos adornados de flores,
semillas y hierbas... y tenían los ojos tan almendrados como los
humanos del extremo oriente. Por su parte, el poblado estaba formado
por mediadocena de setas principales en forma de semi círculo, que
daban a un árbol de corteza angosta que formaba cuevas iluminadas
por fuegos fatuos y fulgores de luciérnagas... John escuhó
melancólicas melodías de flautas de madera y ritmos de pandero y de
tambor. Finalmente, el hada que le llevó hasta allí se acercó y le
dijo sin abrir la boca pero mirándole intensamente a los
ojos-Humano, no te asustes, tan
solo queremos saber por qué capturas a nuestras hermanas en frascos
de hielo con tus artes mágicas... ¿eres acaso un mago malvado?
¿Para qué quieres las mariposas?
-Buenas noches, noble hada,
esto... disculpe mi intromisión en su mundo mágico, es que mi
oficio es el de entomólogo, estudio los insectos, y para ello he de
recoger muestras, para que podamos conocer más a fondo a estos
bellos seres.
-¿Y
por qué no tratas de hacerte su amigo en vez de ir matándolas por
ahí? ¿acaso crees que la mejor manera de conocer a alguien, es
matándole?
-Oh, lo lamento, en verdad no era mi intención matar
a nadie, pensaba que las mariposas al tener una vida tan corta
tampoco lamentarían demasiado terminarla unas cuantas horas antes y
así servirían con su muerte al progreso de la ciencia y de la
investigación...
-Me temo, humano, que habremos de llevarte a
juicio. Date un paseo y diviértete un poco, pero no te vayas, te lo
advierto, te estaremos vigilando.
Los
duendes y hadas se divertían en el centro de una hoguera, bailando y
revoloteando, tocando de un lado para otro... también había niños
y madres, ancianos y ancianas... no todos estaban en la fiesta,
algunos estaban cocinando en las casas, otros llevaban plantas,
tejían o creaban extrañas obras de arte con pigmentos vegetales.
Se detuvo junto a un duende pintor, llevaba un gorrito de
aviación y su piel era amarilla clara... pintaba sobre un papiro con
piedras de colores figuras aladas de las que salían mandalas cuando
cantaban... John, se quedó embobado viendo la obra del duendecillo
pintor, cuando este, se dió la vuelta y sonrió de oreja a oreja.
Cogió otro papiro y comenzó a dibujar a John, este se iba a ir
cuando el pintor le dijoEspera
hombre, no pasan humanos por aquí todos los días! Quédate quieto,
para engrandecimiento de la consciencia duendadil
La
sorprendida cara de John quedó inmortalizada por las rápidísimas
manos del duendecillo pintor, que le dijo, ¡muchas
gracias! ¿Quieres pasar a ver nuestra obra?
Entonces John pasó bajo una roca por una galería fuertemente
decorada, tenía dibujos de toda clase, algunos representaban el
espacio con sus soles y lunas, galaxias y planetas, cada uno de estos
con un nombre en un alfabeto desconocido para el entomólogo, pero
que aquel pintorcito bonachón le fue leyendo y explicando con todo
lujo de detalles. Este es Ix, el
lucero del alba, vosotros venís de allí, ¿te sorprende? ¿No
sabíais esto? Jaja! Naturalmente habéis nacido en la tierra, pero
vuestra sangre está mezclada para que evolucionáseis más rápido.
Mira, estos se llaman Anunaki y estos se llaman Humanos, son dos
civilizaciones en guerra, aquí se ve como pelearon en este sistema
solar, destruyendo un planeta que hoy día es sólo un cinturón de
asteroides. Maldek, se llamaba, entre Marte y Júpiter... ¿no
echabas de menos algo entre estos dos planetas? Fue destruido por el
planeta Niviru, más nave que planeta quizás... el caso es que en la
batalla el planeta perdió parte de su atmósfera, y rápidamente
sufrieron las consecuencias de estar lejos del sol, por eso,
decidieron colonizar nuestro planeta, y sacarnos todo el oro que
pudieran! Jaja! Pero en verdad, además de esclavizaros, también
tenéis un propósito genético... muy loable...
Conseguir la Paz
entre humanos y reptilianos jaja! Se mezclaron ambos códigos en los
hombres de por aquí, ¿sabes? De esa manera se consigue un híbrido
de dos especies irreconciliables.
Los que nos libramos
estamos en una dimensión un poco diferente a la vuestra, la
denominada 4ª dimensión. No tenemos genes extraterrestres, supongo
que por eso defendemos la tierra a capa y espada. Jaja! Bueno,
humano, ¿alguna preguntita?
Pues... si, ¿cuál es vuestra
historia?
Pues verás, todo comienza con EllaÉl , el universo...
decidió experimentarse a sí mismo ¿sabes?
Pasó de ser potencia
a acto, y entonces estalló hacia dentro y hacia fuera, en un yin
yang de proporciones inauditas, entonces se fueron formando las
primeras estrellas, conglomerados de hidrógeno que de tan pesados
que se volvieron comenzaron a fusionarse sus núcleos formando
hélio...
Ya, ya... pero me refiero a Vuestra historia
¡Esa
es nuestra historia! ¡Somos la Tierra y todo el Universo! Ah,
querido humano, vosotros comenzáis a contar vuestra historia hace
9000 años, ¿verdad? Os habéis olvidado de todo...
acompáñame...
Entonces
John recorrió las galerías hasta llegar a la vida en la Tierra,
pasaron de los peces y vegetales, a los reptiles, aves y mamíferos,
estaban ricamente dibujadas un montón de especies, muchas de ellas
con colores que jamás se imaginó para los dinosaurios o para los
pájaros prehistóricos. observó entonces a unos hombres negros,
parecían nómadas cazadores y recolectores, que salían tocando
instrumentos primitivos y adorando a los astros.
Esos
son los lemurianos, después vinieron los uros, del lago Titiqaqa,
los atlantes, los Tlavatli y finalmente, los arianos... cada una de
esas razas tiene una historia de devastación por detrás. Sobrevive
en las leyendas del diluvio. A partir de entonces, vosotros comenzáis
a contar. Nosotros, mientras, siempre hemos velado por el equilibrio
de los 4 reinos: El animal, el mineral, el vegetal y el humano.
¿Cómo lo hacemos? De manera sutil, naturalmente, vamos
guiándoos a través del Arte. Somos en parte vuestras musas,
vuestro duende, vuestro genio, vuestro cante... Eso, en lo que toca a
los humanos, también volamos por el aire purificando la atmósfera y
nos llaman sílfides, estamos en la tierra, y entonces somos los
devas minerales, elevando la condición inorgánica de las piedras a
formas más bellas y complejas... estamos con las plantas y con los
árboles, les ayudamos a florecer tranquilos y actualizamos su ADN
para que se adapten a las nuevas condiciones atmosféricas... pero el
trabajo más importante para los duendes y las hadas, es ¡divertirse!
Así aumentamos la vibración planetaria. John
estaba completamente asombrado. Ninguno de los prejuicios que tenía
sobre los duendes era cierto. No eran estúpidos, ni imaginarios.
Eran reales y muy evolucionados en términos culturales y
científicos. Si bien es cierto que su ciencia, poco tenía que ver
con la que él conocía hasta ahora.
Un hada y un duende se
le acercaron con gesto serio. Se celebró el juicio: Bajo el árbol
todo el pueblo asistió... se preguntó públicamente a John sobre su
oficio y se le encontró responsable de matar mariposas para exponer
sus cadáveres públicamente y se consideró que esto implicaba una
gran carga para su corazón.
Por tanto, se le ayudó a aliviar
esa carga, exponiendo en su mundo los conocimientos sobre mariposas y
otros lepidópteros a través de copias de sus dibujos sobre ellas,
así como de traducir los comentarios que hicieron los
investigartistas que retrataron a estas aladas criaturas.
John
se hizo cargo, se le hizo jurar por su honor que llevaría las copias
que le entregasen los duendes a los humanos, e intentaría por todos
los medios divulgarlas.
Así fue hecho. De los dibujos salió
un bonito libro llamado “las mariposas descritas por sí mismas”
que fue como un gran álbum familiar, retratos de mariposas que daban
testimonio de su condición de mariposa, explicaban el arte de
revolotear caóticamente por el aire libando flores, relacionándose
con la comunidad vegetal y animal con desapego y desaparecer sin
dramatismos, dejando una estela de belleza efímera y discreta, fruto
de su milagrosa metamorfosis, después toda una vida preparándose
para el Gran Vuelo.
John
decidió continuar estudiando a los lepidópteros y se hizo amigo de
bastantes mariposas, para lo cual le fue necesario aprender a sosegar
su alma y amar lo que observaba. Así comenzó a escuchar el espíritu
de todo aquello que pintaba. Al cabo de varios años, sus libros
fueron ganando popularidad, le hicieron varias entrevistas en
modestos medios de
comunicación.Y
finalmente, el método investigartivo fue aceptado como método
válido para obtener información de los lepidópteros, los entomólogos y los otros
bichos.