jueves, 11 de octubre de 2018

la vela henchida




Larga hilera de pinceladas ocres
Movida instantánea de Ermoclia
Cerca por fin, de Ukrania

En el centro de Europa, Agosto se llevó las hojas

Los árboles aquí, son como las personas.
Sanas, de miradas claras y sábanas blancas

Las calaminas las enfrían, las limpian los rebaños de la nieve

El horizonte se tiende a cosechar las horas
Mientras los árboles se pueblan de extraños cometas multicolores.

El maíz y los girasoles penetran frígidos terrones, que lubrican, pacientes, los agricultores

¿A dónde camina la desunión soviética?
El ahora es lo que es, no lo que quiera
Pero la visión es la brújula que me orienta

Y mientras observo, la viva madera
Circundando la pradera y cultivando estrellas
Mantengo la vela henchida

Y que venga, lo que venga

miércoles, 10 de octubre de 2018

Dejando la madeja

Salgo de la noche insomne
Columpiándome en una estrella
Cabellos de vainilla, piernas de canela

Salgo al jardín de sórdidas televisiones
Jadeos y toses de pensión moldava
De mi mente no puedo salir tan fácilmente
La radio, los libros, las ilustraciones...

Encuadernan mis párpados, sintonizan mis letras, me pintan escribiendo en unas butacas de los 80

Y me fluyen las cosas
Diarias muDanzas
Hola macuto, ¡adiós bicicleta!

Salgo al salón con su luz trasera
Recuerdo que los soldados rusos despoblaron Istria... la frontera

La parejita de gitanos tasando gramo a gramo, la supervivencia

Hoy es Moldavia, mañana Odessa
Dejo antes del muro a un poeta de los 80
Luego vino Chernovil, el Tabú lésbico, el Uranio en los bolsillos que espía por Londres

Mi abuelo no tuvo otra que púrpuras de pólvora y la nieve le arrancó las cejas en Polonia...

Y yo, yinkuye vartzo...
Títere saliendo de la madeja
Poniendo poco a poco los hilos en la tijera

Vuelvo a mi estrella
Vainilla y canela
Visualizo mandalas poblando la seda

Unos versos danzan con la diosa negra:

Anda en la noche
Con la luna a cuestas
Escribiendo un destino
De alquimia, el poeta




sábado, 6 de octubre de 2018

SentisteS

El Amor me insiste en que existe
Se pone mis zapatillas
¿existe o no existe Dios?
Dios, Deus o Zeus...
Júpiter es un planeta. A simple vista lo veo.
Su gigantesca influencia, no lo hace Kosmos
Exista o no, lo que se tiene por real, es real en sus consecuencias.
Sístole y diástole, inhala y se contrae... rebobina la unidad

Y el aliento nos sopla
La complejidad nos explora
Y el ancla no flota
la mente se atora

Tiempo de recordar
Que tanto dentro como fuera
Hay una sombra con la que bailar
Una escalera
Que crece en espiral

Soy ignorante
Amo la verdad

A veces, creo que mis sueños
Logro despertar



Noctámbulo moldavo

La luz está en lo que rodea las letras
Sin embargo el poema disipa las tinieblas
Ando en la noche, entro en un local de apuestas

Y me juego a un capuchino la noche entera en vela
Me abraza la cálida Moldavia
Una mujer en bata me dice en Italiano, que aquí se juega
Me estoy tomando un capuchino, le digo
Escupo el último trago
Demasiado dulce
Me lo juego todo a un poema
Y como el café, lo quiero amargo

lunes, 13 de agosto de 2018

El hombre que rebobinaba el futuro.


Érase una vez un veterano ciclista de la baviera alemana. Poseía todavía un vigor que le permitía vivir una segunda (o tercera) juventud, aunque, a juzgar por sus cargadas espaldas, se decía en su casa que cargaba con demasiadas responsabilidades.
Estas consistían en haber sostenido durante cuarenta años los proyectos científicos más punteros de su país, por supuesto, no estaba solo en esto, pero era el único capaz de divulgar los avances tecnológicos de una manera tan eficaz, que hacía que se interesasen por la ciencia hasta las personas más reactivas e impermeables a estas.

Hans, declamaba el funcionamiento de los motores de agua, construía maquetas con sus hijos (Otto y Martina) de los proyectos espaciales en curso, e incluso jugaba con ellas en programas infantiles grabados en Kindergardens y escuelas de secundaria.

Martina bailaba la danza de las esferas con otros bailarines y bailarinas, cada uno representando uno de los planetas y Otto, hacía volar las maquetas de su padre, que explicaba los motores de fusión nuclear mientras tocaba el acordeón, y los ascensores que llevaban las piezas hasta las estaciones espaciales subidas en estos ascensores:
-antes quemábamos 1000 kilos de keroseno para subir un solo kilo de material a gravedad cero. Ahora para ser sincero, lo hacemos mucho mejor. Tenemos un satélite girando ¡a la velocidad de nuestra rotación! Fuerza centrífuga que contraresta el peso del ascensor, y así, subimos las piezas, ¡tan solo apretando un botón!
Hans también explicaba que: La Tierra, antes de contar con trenes propulsados por electroimanes en túneles estancos, de vacío, había pasado por una sobreproducción de coches que casi acaba con la vida de los humanos y otras muchas especies animales y vegetales.
Hans explicaba el efecto invernadero y el posterior congelamiento de europa con un ukelele y voz de tenor:

El coche eléctrico es mucho mejor
Que esos antiguos motores, de combustión
Pero ¡ay de la Tierra, ay de los humanos! Si la producción masiva, sigue contaminando.
Menos mal que la gente ¡menos mal! Fue diferente...
Reconvirtiendo sus coches a gasolina
Por limpios motores de agua que no contamina y encima sólo producen, ¡blancas nubecitas!

¿Y qué me dicen del tren?
Tan rápido o más que el avión
en un túnel solar se sumerge
¡sin usar ni gas ni carbón!
Tan sólo imanes que atraen y repelen
A otros que están, en las paredes
Y no lo roza el aire ni otro elemento
¡en un túnel vacío vuela este invento!

-Hace tiempo que la humanidad ha empezado a establecer colonias en Venus, y sobre todo, en Marte. Pero donde más gente vive, es en la luna.
La posibilidad de ponerte unas alas y saltar por la ventana, ha seducido a muchos soñadores. Si bien, es cierto que el comienzo fue bastante arduo, Hans retransmitió los primeros vuelos en la ciudad burbuja "Mar de la sensualidad" sugerente nombre que ponía de manifiesto, que la limitación de la natalidad, vigente en la Tierra, sucedía en las colonias a la inversa: incentivando las comunidades poliamorosas o simplemente, donde las responsabilidades familiares se veían reducidas: todos podían actuar libremente como padres, madres, niet@s, hij@s etc...

Hans sin embargo, era sobre todo, ciclista.
Había pedaleado por todo el mundo con su compañera ¿de dónde sacaba el tiempo para sus responsabilidades entonces?
Fue el Amor por la Madre Tierra lo que les impulsó á peregrinar en bicicleta, divulgando la ciencia a través del arte.
En sus viajes conoció a todo tipo de personajes y, una de ellas, la asesora gubernamental de investigación y desarrollo vió un filón de oro en este jóven risueño de ojos celestes.
Cuando volvió de sus viajes, en los cuales constató que todos los pueblos ancestrales divulgaban el conocimiento a través del arte, se comprometió a contribuír creativamente, a que la transición hacia la economía circular (basada en el reciclaje, la naturaleza y el desarrollo personal) fuese lo más amable y rápida posible. Hans, en sus viajes vió de todo...

 ...y efectos del calentamiento global eran también la sed, y el hambre.

Hans un día voló a la luna, se quitó la mochila de responsabilidades y saltó hasta la casa en un árbol de su hijo Otto, para que este le diera un buen masaje.
Martina ya había vuelto de Venus, y junto con su madre fueron a hacer fotos en la cara oculta de la Luna, con una cámara infrarroja, y también de la Tierra con un teleobjetivo especial que filtraba los rayos cósmicos y sendos trajes espaciales.
Sus hijos ya tenían la vida bastante resuelta, Otto el terapeuta, Martina la artista bailarina...

Hans no quería sin embargo, irse al otro barrio sin explorar lo más importante, y tras una meditación en el Tíbet a instancias de su fiel compañera y amante, se jubiló, satisfecho.
Ya era bastante lo que había hecho.
Europa, se descongelaba, pues las corrientes oceánicas que la templaban, se estaban recuperando. Las islas y bajíos emergían tras sus titánicas luchas con el Mar.
Era el momento de desempolvar la bicicleta (eléctrica) y seguir viajando con su hermosa y sabia compañera, con la que explorar los mares profundos...de su propia conciencia.

sábado, 4 de agosto de 2018

El fado del mercenario (relato ciberpunk)


El círculo homicida tenía su contrapartida: la sociedad filantrópica interplanetaria.
Ambos grupos tenían fines aparentemente muy loables; el primero, reducir la población más kármica del planeta, es decir, la más consumista y contaminante. Aquella que en palabras de una de sus cabecillas, una filipina llamada Li Xiao, "ponía en peligro la supervivencia del conjunto de la humanidad con su estúpido sueño americano"
Por otra parte, la sociedad filantrópica, fundada por Oxal, una gigantesca mole leñosa venida de Orión, argumentaba que para la humanidad había ciertos límites que no debía de pasar, como por ejemplo, el uso de armas nucleares, prohibido en toda la confederación galáctica y por supuesto, el terrorismo de Estado (los planetas civilizados según la S.F.I cuentan con un gobierno a nivel planetario) pero que debía elegir libremente su destino. Oxal encuadraba al Círculo Homicida dentro de este tipo de terrorismo, el de Estado, ya que eran financiados y armados por ciertos gobiernos que buscaban desestabilizar a los que consideraban sus rivales.
En una de estas reuniones, que sucedía en el claro de un bosque de la selva negra, la Sociedad Filantrópica sufrió una emboscada.

Algunos de sus miembros, babuinos y macacos inteligentes,  lograron huír entre los árboles.
Li Xiao y sus secuaces ametrallaron al conjunto del cónclave filantrópico pero Oxal consiguió desmaterializarse a tiempo.

Hugo Marqués, un mercenario del Círculo Homicida, no logró apretar el gatillo aquella noche. Había cierto código de honor que aquella masacre vulneraba. Sin embargo, Li Xiao se entregó a un frenesí asesino que fue imitado por el resto de sus seguidores, sin hacer prisioneros ni sentir remordimientos.

Tras la matanza, bebieron.
Li Xiao sonreía botella en mano, cantando un himno triunfal, pero cuando fue a orinar, más allá del claro, los babuinos inteligentes le atacaron, hundiendo sus colmillos a diestro y siniestro. Los gritos de Li Xiao alertaron a los homicidas que acudieron en ebrio tropel a socorrer a su jefa, pero los macacos, ya habían desaparecido.
Li Xiao, ensangrentada y con el orgullo en cabestrillo, arengó a sus secuaces:
Esta noche ¡despertará babilonia a la luz de su incendio! Atacaremos la ciudad de Sigmar y nos entregaremos al pillaje. ¡vamos!

Fue así como el Círculo Homicida arrancó sus motos de gran cilindrada a la salida de la selva negra y llegaron de madrugada. Poco después, reinaba el caos en la ciudad. Entraban en sus casas, las saqueaban, y asesinaban a su antojo. Menos mal que pronto intervino la policía y les distrajo de ensañarse con los civiles, aunque cundió un intenso tiroteo.
Hugo Marquês, sentado en un banco, con su pistola enfundada y su largo cuchillo serrado brillando desnudo en el cinto, liaba un cigarrillo.
Frente a él, apareció una guerrera apuntándole con un arco desde un edificio de altas casas. Hugo se hizo a un lado a tiempo y la flecha se clavó en el respaldo, a la altura de donde un instante antes, estaba su corazón.
¡So! ¡guerrera! ¡No quiero luchar contigo!
(Gritó Hugo, parapetado tras un bólido Astra)
Otra flecha atravesó los cristales y su gabardina justo debajo de su entrepierna. Hugo apuntó a la ventana, pero ya no había nadie. La guerrera había saltado desde el segundo piso y corría en Zig Zag a toda velocidad dando saltos y volteretas.
-Fodas (maldijo Hugo) y sacando el cuchillo saltó por encima del coche y salió a su encuentro. Sus ojos chocaron a la vez que sus aceros. La hoja curva de la cimitarra se atoró en el filo serrado de su faca, entonces Hugo le dijo: yo no sé pelear con mujeres ¿quieres ser tú... mi maestra?
Por toda respuesta recibió un zarpazo en la cara que le dejó 4 surcos de sangre, la bota de Hugo, automática, alcanzó a la valkiria en el trasero y esta saltó varios metros y se lo quedó mirando, sin parpadear siquiera.
-Sólo si matas a Li Xiao.
Entonces, Hugo, con la vista clavada en las pupilas de la valikiria, sonriendo, bajó el cuchillo, y le dió las gracias.

Al día siguiente las campanadas doblaban, fúnebres. Elmie y Karl hablaban de música entre los restos humeantes del mobiliario urbano.
-ven a mi casa, tocaremos y beberemos algo.
Justo en el piso de arriba, con el sonido de un chelo y un saxo, Hugo y la Valkiria, tras el entrenamiento, se desnudaron.  La casa estaba desordenada tras la lucha, pero la pareja guerrera no cejaba en el cuerpo a cuerpo.
Hugo lió un cigarrillo y la muchacha, sonriendo, le susurró: así nos conocimos.
-me alegro de que no me acribilles ahora (respondió Hugo aliviado)
-¡nunca bajes la guardia forastero! (exclamó la valkiria, haciéndole cosquillas en los riñones)
-¡ay! no seas mala... fumemos la pipa de la Paz.

A unos 100 kms, Li Xiao soplaba el humo de su Kolt semiautomática. La diana presentaba 7 agujeros; cada uno exactamente alojado en uno de sus centros vitales... o chakras.

Karl y Elmie seguían tocando, parando, a ratos a comer algo y fumarse un porro, para poco después seguir tocando.
Arriba había sonido de jadeos y vidrios rotos, abajo, sirenas de bomberos y policías.
¿Oye Karl, cómo empezaste a tocar el saxo?
-Se lo cogí a mi abuelo, hace tiempo que está criando malvas pero en su tiempo, fue uno de los impulsores de la música folk en esta ciudad.
- ¿Y quién te ha dejado este piso? (Preguntó Elmie)
-mi hermana vive en el piso de arriba... nuestros padres nos los dejaron antes de que Li Xiao les asesinara.
se miraron a los ojos, tras una cortina de lágrimas y entonces, Elmie, sin decir nada, le abrazó.

Arriba, por el ruido, parecía que se estuvieran matando... la valkiria fintó con la Cimitarra y con la mano izquierda le encajó un puñetazo a Hugo en pleno vientre. Este reculó y fue a responderle con un machetazo, pero en el último instante proyectó su cuerpo hacia adelante.
La defensa de la Valkiria se derrumbó ante el peso del portugués.
Fue entonces que él intentó desarmarlas, pero ella le mordió los labios, jugando y le dijo: no está mal, pero si yo hubiera sido Li Xiao te los hubiera arrancado.
Ambos se sentaron, jadeando.
Abajo, una melodia les contagió cierta nostalgia, con los arpegios de un fado.
Hugo se puso a cantar, al mismo compás... al concluir, la Valkiria le dijo:
- voy a presentarte a mi hermano.

Al día siguiente Hugo volvió al campamento de Li Xiao en su ninja verde. Cuando llegó, una comitiva de 15 mercenarios le rodeó, encañonándole. Hugo alzó las manos, sonriendo irónicamente.
Li Xiao saliendo de su yurta negra, se acercó y en un susurro cariñoso le acarició la mejilla con sus 4 arañazos y le preguntó:
-¿dónde has estado? Y sin esperar respuesta con la otra mano le dió un puñetazo.
A Hugo se le torció la sonrisa y tocándose el cuchillo...
-con la que me hizo estos arañazos.
-ah, ¿si? Pues no volverás a hacerlo.
Colgadle de aquél árbol.
Varios miembros del campamento rieron nerviosos pero se apresuraron a hacerlo.
-que os sirva de contraejemplo: si desertáis ¡os pasará esto! Exclamó enfurecida.
Li Xiao echó a andar hacia donde habían maniatado a Hugo e iba a darle un cabezazo, cuando la punta de una flecha asomó de su entrecejo, goteando sangre. Durante un instante se quedó mirando a hugo. Luego, cayó inerte.
Los hombres de Li Xiao buscaron al tirador, disparando indiscriminadamente y Hugo, tras coger el cuchillo de Li Xiao, rodó tras los árboles, serrando las cuerdas como podía.
Mientras tanto, las flechas tumbaban a unos y a otros pues la valkiria se refugiaba tras los árboles, no dejando que ninguno se acercase demasiado. Diezmados, pronto los hombres de la difunta Li Xiao se desmoralizaron y echaron a correr, presas del pánico.
Arrancaron las motos, disparando hacia los árboles y cuando se hubieron ido, poco a poco se desvanecieron los ecos del estruendo.
Hugo salió con el cuchillo de Li Xiao en la mano, se acercó a la valkiria y se lo ofreció inclinándose, ceremoniosamente.
La valkiria lo tomó, con una sonrisa. Hugo se volvió, miró el cuerpo de Li Xiao, con el asta emplumada bailando sobre un charco ocre. Y cerrando los ojos...
se puso a cantar un fado.

martes, 3 de abril de 2018

3 poemas, 3 etapas


Tintura poética

Desde el confín de la mente

donde esta sucede, instantánea

mi sonrisa se desvanece

se desvanece en el Sol



quedan almendros y olivos

y una tonada sostenida en el Do

Como la ropa que se fue desnudando

de lo que antes, era yo

1 de Abril 2018

Nataraj Noche Entonada


La llave

No busco fuera
Estoy dispuesto a ser
A ambos lados de mis ruedas
Busco Ser

Y ya soy
Los acordes de un piano que no toqué
Y se amontonan en el parque
Como estrellas de cobre

Busco la idea
Continente de belleza
Y estas proyecciones quedan
que las riegue quien quiera

El cielo en llamas
La tierra en brasas
Abrevaré en el indómito bosque

El manantial del albedrío
De la luna al río
Paracaidismo

Conecto con el abismo
Del vacío.

Brotan carcajadas de colores
De todos los cromatinidos
Unidos en el sentido
Que vibra el silencio
Hasta que estalla en el sonido

Y se expande el cosmos
Por tus comisuras
Que las palabras miran por la cerradura
Pero los quiquiriquís

ríen tras la puerta
Sólo los locos
saben que Yahvé
no abre la puerta
y que la verdad...
Siempre estuvo abierta

23/10/2013

Lys 

¿Para qué sirve el poeta?

Pisapapeles, levantafaldas, publicista, chascarrilleador, comediante o bufón
El poeta no sirve
El poeta no es sirviente ni peón


El poeta no es rentable
Y no hay subsidios para la falta de inspiración
Tan sólo el poeta, tiene su valor

Que escala la cima de la rima
Encontrando un puente, una solución
Fraguando versos remueve la argamasa
Con la que esculpe bandadas de palabras



Levanta espejos y los rompe
Une en un acorde uniforme lo bello y lo maldito

Está dispuesto al grito, sin olvidar nunca el silencio

El poeta no sirve, el poeta es la solución

En la que se diluyen los papeles preconcebidos

Surfeamos la ola del tiempo
que mueve las conciencias de un solo ser

E infinitos rostros. Océano de espejos rotos
Emanamos la luz del vacío
La potencia se acelera en el sonido

¿Para qué sirve el poeta?
¡Qué se muera!

¿Quién recuerda la caverna?
Hagamos pinturas rupestres

O hagamos crujir la cama, la nevera
El poeta diría
hagamos el humor
Y no la tontería

Todo es un estado interior
Salgamos a pescar Maestros
Hoy siento al loco

Retorciéndose de insólito amor
Ganas de ser la reina
pero también la espada
Y el corazón
Barra libre de copas, promociones sin sermón

Basto es el nutrir que transforma la densidad en amor
Y hagamos nuestras las sinergias
Si me desdibujo a tu lado

Perdóname si callo
Siempre está leyendo
Un poeta enamorado

Luilly Carmona, todos los derechos derogados
Miércoles 29 de Febrero 2012

sábado, 3 de marzo de 2018

Barco atemporal



Surco a surco por la arena del tiempo
compost de defectos subliman mi afecto
por otros seres hermanos

heridos por el efecto
de nacer en una época fan de lo perfecto

La virtud hermana la mano con sus dedos
y la naturaleza humana busca crear lo nuevo
La Tierra nos une, nave que vuela por el cielo
y nos impone un reto, ama la vida, no el dinero

y cuando lo tienes, invierte en lo correcto
pregunta si esclaviza, ensucia, o te ayuda a ser más bueno
y si eso que compras en verdad lo necesitas

Esto es muy simple, no hace falta ser un genio
pero si eres libre te tendré por uno de ellos
pues la mayoría frotamos lamparitas de deseos

entender el Universo es tarea superior
pero tan solo con amarlo
lo comprenderás mejor

cada día es una página y cada vida un libro
por eso aceptando y amando a la gente
te harás doctor y libre

no importa cuanto trabajes
sino el amor con que lo haces
y sin tiempo pa ti mismo
será en una tienda de disfraces

la vida es muy dura si la das
sin estar madura
mejor sería recibir de los que están
desde antes de ti
pasito a paso, andando hacia los miedos 
llevas contigo tu luz, y no los echarás de menos

Así pues agradece, todo lo que te sucede
y si ves a donde vas, pues sabrás ya lo que viene

Te doy las gracias por escuchar
y yo ya me callo
pues si no se hace el silencio
en mi ego, me encallo




sábado, 17 de febrero de 2018

La mano emplumada, y la mirada del ciervo

Érase que se era, una niña que se llamaba Sara, a la cuál le gustaba mucho la danza y también cantar y tocar la guitarra. Como tenía mucho que estudiar, ir al cole y hacer las cosas que le pedían los mayores, ella buscaba en cuanto podía, pretextos para experimentar esa cosa tan extraña y tan maravillosa, que nos haace conocernos a nosotros mismos y que comunmente llamamos: Libertad.

En uno de esos raros momentos, paseando entre los libros como entre los árboles de un bosque, se encontró con una pluma larga y afilada. ¿Qué hará una pluma como esta en una biblioteca? (Se interrogaba Sara)
No lo sabía, pero con ella en la mano, una súbita inspiración le llevó a desear tinta y folios en blanco, Y Sara se dijo: Los voy a encontrar.
Hojas tenía en su casa, pero, ¿y la tinta?
Lo que no sabía Sara es que por el camino hacia su casa, se le iría llenando el tintero.
Decidió escribir una historia con un caniche que le salió al paso ridículamente ataviado y que estaba olisqueando absorto a su alrededor en lo que salía su cuidador o cuidadora del supermercado. En el tintero también se metió un apresurado muchacho que montaba una bicicleta eléctrica de cuernos y ruedas anchas, y finalmente se inspiró, en una señora que le dedicó una sonrisa ancha y que empuñaba un bastón con cabeza de ciervo.
Cuando Sara llegó a su casa, después de haberse comprado un botecito de tinta china, se sentó junto a la mesa y de pronto, aquella pluma se puso a escribir sola, ella apenas la sostenía y bailaba con la hoja como por el bosque, y cantaba un cuento en el cual el chico iba a toda velocidad con su biciclo cuando de pronto, se le cruzó un caniche con trajecito de lana que le hizo frenar súbitamente, cayendo de bruces.
Fué entonces que la risueña señora con bastón y mirada de ciervo se le acercó, y le explicó (sin abrir la boca, o eso le pareció al chico) que al matar los animales, estos le podrían matar también a él.  Acto seguido ella desapareció y se quedaron mirando fijamente el chico y Sara, que sostenía una pluma capaz de hacerle cosquillas en la conciencia a los lectores y ponerles en frente a un chico, cuya mirada había cambiado. Pues ahora era como la de la señora del ciervo, amorosa y tranquila, solo que el muchacho, en lugar de un bastón cogía, la bici por los cuernos

lunes, 12 de febrero de 2018

Las huellas de mi amada

En esta ocasión traemos un vídeo psicodélico ,místico y amoroso. Que lo disfrutes! Si te gusta haz el favor de compartir 😘

lunes, 29 de enero de 2018

El último relato de la saga de los sentidos




Con tacto y... energía




Tamborilean los dedos de la muchacha sobre la mano del niño, que apenas pasa el metro y medio de estatura, aunque es alto para su edad y delgado como un galgo.
La niña, su hermana, sonríe al hacerlo, el muchacho le responde, sin abrir los ojos, percutiendo con sus deditos sobre la mano de su hermana, de piel plumosa y cabello sedoso.


-¿Me enseñas a hacer torres de piedras?


-¡ Si, vamos al río !


El chico se llama Juan, pero nunca ha dicho su nombre con palabras.
se mueve por el jardín, con los pies descalzos, leyendo el camino con la punta de los dedos, apoyando con cuidado la planta de los pies, sintiendo cada brizna, piedrita, frío, humedad...


Así sabe cuando está en un camino, o cuando se está aventurando por las frescas zonas cercanas al río...


Carla va detrás de él, con los ojos abiertos, a la belleza del mundo, sin embargo, Juan le hace verlo, de otra manera.


Cuando coge su mano y la dirige hacia la hierba, sintiendo por primera vez la caricia de las briznas, o de la corteza de un árbol... Cuando Juan mete las manos en la sopa y se ríe, con sus graciosos dientes separados o cuando huye sigilosamente si a su alrededor la gente se reúne formando un bullicio...


En este instante sus dedos telúricos exploran la orilla del río, se paran al sentir el borde liso de un guijarro, lo agarran y buscan a tientas otro y otro... los va amontonando, haciendo torres de piedras y piedritas en extraños equilibrios insospechados.




Son torres que surgen de la orilla o en medio del cauce del agua...

Juan no le tiene miedo a casi nada, y aunque no habla, los dedos de sus manos son capaces de adherirse a las espaldas de la gente que ama, mientras su cara reposa sobre el tierno calorcito del pecho de un ser querido. Entonces, si la textura es de lana, seda o algodón, sonríe y pasa los dedos por la cara de sus amigos o familiares con los ojos bizcos de placer, si le acarician el pelo.

Sus hermanos y hermanas (tiene cuatro, tres hermanos mayores y una hermana más pequeña) han tenido que aprender la lengua de signos, y después presionar sus manos con el significado deseado sobre la mano de Juan. Así también se comunican.

Veinte años después, Juan da clases de baile en una localidad de la costa levantina y hace espectáculos en diferentes lugares. La gente observa su cuerpo moverse tan ligero como el viento, él se siente como suspendido en invisibles hilos energéticos, que le unen a todo lo que le rodea. A través de la práctica, ha aprendido a sentir con todo su ser el viento, el fuego, el aire y el agua, ser el mar y el cielo, mirar a la gente que le rodea con su tercer ojo bien abierto. Ve el aura, percibe a las personas sin máscaras, observando las cosas que le han pasado por los colores de su energía. A veces ve puntos negros, y se ofrece a quitarlos a través del movimiento del cuerpo. Hace cursos, es un sanador.
Lo que casi nadie sabe, hoy en día, es que él. Es sordociego.



Y es que un día, saliendo del colegio con su bastón, contando los pasos, andaba pensando en la piel de una muchacha y se perdió. No sabía donde estaba. Había llegado a una barriada periférica y un grupo de adolescentes borrachos, se topó con él.


Primero le dijeron mira quién viene por ahí, el Vizconde! ¡Mira por dónde vas, hombre, que te vas a tropezar! le increparon y como él no respondía, le hicieron una brutal zancadilla.


Juan aterrizó como pudo y se arañó los brazos y se dió un golpe en la cabeza, algo mareado, se dió la vuelta y se fijó en algo extraño. Sombras rojizas le rodeaban. Era la primera vez que veía


También empezó a sentir en la piel los sonidos de las amenazas y las risas burlonas. Agarró su bastón y se enfrentó a los demonios que veía, al primero, lo alcanzó en la sien con un movimiento de través, y siguió con el siguiente, que se dirigía a él, con el bastón como si fuese una espada, empujándole en el estómago con rudeza. Los demás, salieron corriendo...


A partir de entonces, comenzó a ver la energía. No le hacía falta leer los libros, sentía de qué iban con ponérselos entre las manos. Era capaz de ver las calles y los árboles... aunque de forma distinta a la del común de las personas, pero veía el estado de ánimo de cuantos le rodeaban pues se manifestaba a través del movimiento de los colores y de la energía de sus auras.


Juan seguía pasando la mayor parte del tiempo en la naturaleza, era muy sensible y allí encontraba la Paz de la cual las personas por lo general, adolecían.
Quizás, el cambio más curioso que experimentó después del altercado con los muchachos fue que los sonidos le hacían cosquillas en la piel y los veía como imágenes reflejadas en su cabeza.

Con ayuda de un logopeda poco a poco Juan comenzó a hablar.

Lo primero que dijo fue Os amo, a su familia. Y lo siguiente, gracias por la vida


Visto el efecto de las palabras, decidió probarlas con Valeria, la chica de aroma a rosa y canela.

Después de eso, perdió la niñez con ella.

Pero a medida que hablaba, su cabeza se llenaba de palabras, y dejaba de ver las imágenes, si hablaba, se volvía ciego otra vez.

Por ello, prácticamente, dejó de hablar, terminó sus estudios y tras un corto intervalo, comenzó a viajar. Trabajó en el campo, le encantaba recoger fresas, kiwis y olivas... y comenzó a contar las palabras que decía al día con los dedos de una mano o de dos manos como mucho. Cuando se le acababan los dedos, dejaba de hablar.


La gente pensaba que era raro, pero no sordociego.
Juan un día, comenzó a bailar.
Movía la energía como si nadase dentro de ella, y la gente lo notaba, aunque no lo veía.

Su éxito fue tan grande que no tardó mucho en ser profesor en una escuela de baile.

Lo único es que él, no quería hablar, con lo cuál sus alumnos simplemente aprendían a ver el mundo como él. Juan les vendaba los ojos, y les decía. Observar...y bailar.

Poco a poco, cada vez más gente aprendía a ver con los ojos cerrados. Al principio parecía una moda pasajera, bailar con los ojos vendados, pero el nombre de Juan corría de boca en boca y cuando se enteraron por la familia de que era sordociego todo cambió...

mucha gente no le creía, le llamaban impostor. Otros le defendían agradecidos por sus enseñanzas.

Pero a medida que fue creciendo la polémica y la fama, el director de una escuela de ciegos le llamó. Al principio fue duro... todo era braille, señas y contar pasos.

Su método era el baile.


Poco a poco fueron cayendo los velos de la ilusión. Y los ciegos eran músicos, bailarines, terapeutas energéticos... por fin veían.

Juan murió el día en que una tormenta solar fundió todos los equipos electrónicos de la humanidad.

Otros dicen que ese día bailó y bailó hasta desaparecer, hasta echar a volar, lo cierto es que a partir de entonces, la gente se empezó a interesar más por otra manera de ver... la energía.

Luis Carmona Horta

elamorlocuratodo@gmail.com

domingo, 28 de enero de 2018

Tiempo reversible

La sierra de Guadarrama y el cerrado de Brasil se unen como el arte de Melissa Maurer y Luis Carmona Horta (Nataraj Noche Entonada)


En este vídeopoema... ¡un gran abrazo!

jueves, 25 de enero de 2018

El sagrado femenino en los hombres

Hoy Melissa Maurer me ha mandado las fotos que me hizo hace un año en Alto Paraíso da chapada dos Viadeiros, recordando esos instantes he escrito esto.

Entregado a la voracidad del momento 
siento el fresco en mi cara, el tacto de las plantas
y un fuego profundo que me mantiene despierto

Es el Amor por la Pacha Mama
la madre Tierra, la hermosa Gaia

Sobre una placa de cuarzo brota mi carne
almada hasta los dientes, disfrutando el placer de moverse
y vivir en liverdad

Melissa apunta al corazón de la gente
objetivamente, mirada natural 
de ángel en cachoeira
defendiendo la chapada
Donde fluye en armonía cada cual
Aprendí... que el paraíso es un para qué
y en la chapada sentí, por primera vez
la Común Unidad

  Fotos de @melmelissamaurer
























miércoles, 3 de enero de 2018

La hija de Morfeo, La batalla del astral

Capítulo 4

Para leer los capítulos anteriores:
Capítulo 1: http://recitalcolectivo.blogspot.com.es/2015/08/la-hija-de-morfeo.html?m=1
Capítulo 2: http://recitalcolectivo.blogspot.com.es/2015/09/la-hija-de-morfeo-capitulo-ii-francia.html
Capítulo 3: http://recitalcolectivo.blogspot.com.es/2015/09/la-hija-de-morfeo-capitulo-iii-las.html



La hierba se inclina ante el viento en la orilla, junto a los juncos, que mecidos por la corriente, se alzan y sucumben de nuevo. Sobre las rocas, una mujer medita, con un velo blanco ribeteado con un diseño céltico cubriéndole la cabeza. Se sienta pacientemente a la orilla del agua. De pronto, algo en el aire cambia, una señal a la que su cuerpo siente la necesidad de atender, varios patos deciden echarse a volar. Entonces su cabeza gira, sus manos se unen en el centro del pecho y una clara letanía comienza a elevarse en espiral. Un canto de amor. Parece como si el tiempo se suspendiera, apenas es perceptible el movimiento de las nubes, los pies descalzos se detienen a escuchar, sobre la hierva, y comienza una escalera de armónicos a remontar el pentagrama, se detiene en las alturas y planea en un lento descenso, como un águila atravesando el silencio.


Es la madre Lorena. Y de pronto, dos águilas atravesando la profunda bóveda, Sonia Dora la había aprendido a acompañar. El sueño del águila comenzó con una de estas rapaces mirándola fijamente a los ojos, apenas a unos centímetros de su cara. Las miradas se cruzaron hasta que hubo un solo mirar.



Entonces las águilas comenzaron a descender hacia la tierra. Esta había cambiado, era seca y oscura, apenas unas retamas le daban algo de vida y color. Sin embargo allí, un alma lloraba desconsoladamente, pidiendo perdón.


Se trataba de un hombre de mediana edad, no tenía fuerzas para levantarse, sin embargo, sus párpados se juntaban con fuerza formando innúmeras arruguitas y dejando escapar abundantes lágrimas.

-Perdóname... ¡perdonadme!

-Señor, tome un poco de agua, seguro que estará sediento.


-¡Gracias! Dijo cogiendo la botella, y después de dar un par de largos sorbos... ¿quiénes sois?

-Hemos venido a llevarte a otro mundo más amable, el que te corresponde ahora que estás arrepentido, en verdad nada es permanente.


Lorena trazó una puerta con sus dedos índice y medio juntos mientras invocaba al arcángel Miguel y de pronto, una luz y un aire frescos comenzaron a fluir desde allí...


Sonia Dora, le ayudó a levantarse y le comenzó a influir con energías revitalizantes a través de las manos.

Pronto, cruzaron al otro lado y un paisaje de verdes llanuras salpicadas de árboles gigantescos les acompañó hasta La Ciudadela. Así se llamaba aquella región rodeada de blancas murallas de piedra luminosa, con altos minaretes como de mezquita, recortándose al atardecer.


Dentro, los modernos edificios de formas geodésicas, piramidales, esféricos, armonizaban perfectamente con los espacios ajardinados, los bosquecillos de las riveras, etc...


Caminaron hacia el hospital y por el camino, un montón de seres luminosos, de leves prendas claras y sonrisas cómplices les daban la bienvenida a la colonia.


Un par de enfermeros guiados por un señor de largas barbas blancas llegaron hasta donde ellas estaban y se hicieron cargo del enfermo, dándoles las gracias.



-Sonia Dora, ya sabes a donde tienes que traer a las almas perdidas del bajo astral. Pero solo aquellas que estén preparadas, mostrando un gran arrepentimiento. Las otras, en un lugar como este, se volverían locas, no entenderían nada.






Por unos altavoces situados alrededor de la placita donde se encontraban comenzó a emitirse un comunicado...


Atencion atención... comunicado urgente de San Francisco de Asís, regente de La Tierra.



-Queridos hermanos: Es necesario ahora más que nunca, que hagamos ayuno y oración por la gente de la Tierra, hay jerarquías que están esperando para movilizar energías muy poderosas, salidas del corazón de sus estrellas, y de sus propios centros de oración. Pero la cantidad que llega a nuestros hermanos es muy pe queña en relación a la cantidad que se les está enviando ¿Por qué? Porque allí abajo, les cuesta pedir ayuda... (dijo con sorna) y si no autorizan la internvención con su pedido de ayuda, difícilmente les llegará nada. Prima la ley del amor incondicional. Respeto al libre albedrío.




Si se quieren matar en campos de batalla y de concentración... nos duele, pero allí abajo no podemos hacer mucho más que mirar... sin embargo, nosotros, los desencarnados del planeta Tierra, podemos orar en nombre de la humanidad y permitir así que nuestros hermanos mayores en el Amor, puedan así ayudarnos, movilizando estas energías. Así pues, id y orad! Por la Paz en la Tierra






En ese preciso instante un coro masculino y otro femenino comenzaron a entonar el himno de la Paz

sus himnos movilizaban hilillos de luz que ascendían en un vórtice que desaparecía en el cielo y luego caía bajo las montañas donde se encontraba la ciudadela.


Sonia Dora se despidió cortesmente y desapareció.

Atravesaba el espacio-tiempo con una sola idea... ver a Gisella, en su casa de Burdeos. ¿Habría llegado la guerra hasta allá? ¿estarían todavía Pierre y François? pero entonces...


un remolino de fuego surgió justo enfrente de ella. De sus múltiples espirales surgían caras, cuerpos que giraban a toda velocidad.


Sonia se detuvo e invocó el Merkavah, la protección áurica alrededor de ella. Un enjambre de manos espectrales pareció surgir del círculo de fuego hacia ella. Un sonido de cañones y detonaciones acompañaba el movimiento...

¡El demonio de la ira! ¿Qué puedo hacer yo contra semejante monstruo? Sonia se movía evitando los brazos que intentaban asirla. Algunos llevaban espadas, otros fusiles con bayonetas, algunos, granadas... La muchacha se lanzó en picado, tengo que escapar de aquí... entonces lo vió... multitud de almas volaban hacia la espiral de fuego, eran combatientes, políticos pero también civiles de todo tipo... abajo se extendía un gran desierto, como aquel donde se encontraron aquella alma arrepentida. Algunos seres vagaban de un lado para el otro, purgando sus faltas de amor.


Algunos demonios las azuzaban y perseguían. Las hostigaban gritándoles sus debilidades.


-¡Cuánto dolor y cuánto sufrimiento! ¿Qué puedo hacer yo? Gustosa sacrificaría mi vida con tal de parar esta debacle que se cierne sobre la humanidad. La humanidad gloriosa que realizó tantas proezas en el campo del Arte, la Ciencia y Las Letras...

Entonces un brazo de la espiral de fuego la tomó, y la acercó al círculo del demonio de la ira.

Su brazo era lacerado por los dedos del demonio, pero Sonia Dora se concentró en sentir Amor, pensó en su madre, en la hospitalidad de Pierre y François, en Shakespeare y Cervantes, en Goya y Miguel Angel... en Leonardo Davincci


Había visto sus obras, Gisella se las había enseñado... la mano la transportaba al círculo de fuego, pero ella estaba cada vez más profundamente sumergida en su corazón.

Entonces, vió el círculo de fuego de cerca, imágenes de violencia, de asesinatos de toda clase, se aglutinaron en su mente. Eran las vidas y muertes de las personas que eran fagocitadas por el demonio de la ira. Sin embargo Sonia... se imaginó a sus madres y padres, en el acto de Amor que les engendró, en cuando eran niños y jugaban a los columpios o a las canicas...


El demonio la zarandeó y la introdujo en el círculo de fuego, Sonia cerró los ojos y sonrió...


Sintió a su madre dándole el pecho, era su primer recuerdo... en aquella ocasión se quedó dormida y salió del cuerpo para verse, mamando.


El demonio gritaba explosiones y gritos de agonía pero Sonia recordaba los sueños de Amor de los mortales... y se entregó, dejó que el demonio de la ira la introdujese en su círculo infernal. Alrededor de ella todo era fuego y destrucción. Gente muriendo violentamente por todas partes. El fuego se acercó a ella, abrazándola con sus llamaradas, una risa siniestra la atravesó de parte a parte... pero entonces... La que rió fue ella, abrió los brazos como para abrazar a alguien, a todas las personas que saliesen a su encuentro y dijo... me perdono... ¡Yo soy Amor!


Y de su pecho surgió una luz blanca que lo inundó todo e hizo que el círculo del demonio de la Ira, se contrajese hasta desaparecer casi por completo. Entonces, cuando no era más que un anillo diminuto, Sonia Dora lo atrapó con las mangas de su camisa y dijo... ¡Ya te tengo!


Pero sus mangas comenzaron a echar humo y Sonia Dora no pudo retenerlo, así que cayó en el desierto de las ánimas... donde algunos de estos seres vagabundos se acercaron como guiados por el frío fulgor que emitían sus destellos a través del desierto. Sonia Dora observaba boquiabierta como estos seres, atenazados por el frío, la sed y la ira, se ponían el anillo y desaparecían.

De nada sirvió que Sonia, agotada, les advirtiese de que ese anillo les llevaría a un infierno aún peor que aquel en el cuál se encontraban. Lo cierto es que desaparecían y el anillo, otra vez se iba haciendo cada vez más grande.


Un punto de luz comenzó a brillar desde el horizonte... cada vez más grande. Casi de pronto, la madre Lorena, se manifestó al lado de Sonia Dora, que gritaba inutilmente a las ánimas que se apartasen del anillo.


-Es imposible vencer definitivamente al demonio de la ira, Sonia... sin embargo, hoy, has logrado derrotarlo. ¿cómo lo has hecho? (preguntó sonriendo)

-Me concentré en lo contrario a lo que veía... las almas en el momento más oscuro, aparecían reflejadas en la supericie de ese círculo de fuego, pero yo me las imaginé naciendo, el amor que les engendró y cuidó... el amor de sus padres y familias. Me pareció que bien estaría dar la vida por salvar sus almas.


-Hermana... tal acto de Amor, verdaderamente derrotó a ese demonio. Sin embargo, nuestro respeto a la libertad de todos los seres humanos ha de prevalecer ahora.


Cada uno de los seres que se mete en el anillo, poco a poco quemará su odio y sed de venganza, y cuando no le quede nada, consumido como ceniza, volverá a la evolución orgánica, se transformará en un animal acorde a su personalidad, o en una persona cuyo karma haya sido casi completamente consumido. Y seguirá evolucionando hasta volver a tener la oportunidad de iluminarse, de incorporar su alma a la experiencia humana.


Algún día se iluminará su mente, jovencita, quizá tarde millones de años, pero es un proceso inevitable. Algún día, todos los seres vivos, dejarán de sufrir. Terminará el rechazo a lo desagradable y el apego a lo agradable. La mente y el alma estarán en perfecta sintonía.


Esta es nuestra esperanza, y la realidad a la que asistimos.


Sonia Dora, la miró sonriendo cansada y se frotó la cara con la camisa maltrecha.


Ven, te enseñaré algo...(dijo la madre Lorena, y tomándola de la mano, fueron volando a toda velocidad a través del desierto de las ánimas hasta un lugar escondido en la profundidad de la selva.


Cientos de cascadas parecían desmoronarse a la vez, en una imagen apocalíptica y hermosa como ninguna. Eran las cataratas de Iguazú.





Allí un arcoiris gigantesco surgía de un descomunal chorro de espuma y agua. Miles de mariposas, orquídeas y árboles de todo tipo formaban un denso bosque primitivo a su alrededor.


Cuevas llenas de pájaros poblaban las hediduras a lo largo y ancho de las paredes rocosas, que tenían una cortina de agua permamente, hidratando todo el ecosistema que se nutría y crecía pegado a las rocas.


Aquí está el portal de la redención Sonia Dora. Aquí, debajo de la cascada llamada la garganta del diablo, por el sonido ominoso que produce. Allí quien atraviesa los arcoiris se encuentra en una colonia de salvación como la que estuvimos. A portales de redención como este, acuden las almas que desean ser rescatadas. Muchas veces, guiadas por los hermanos desencarnados que ya cruzaron al otro lado y se encuentran realizando misiones de rescate.


Sonia, lo que quiero decirte con esto, es que es hora de que vuelvas a tu trabajo anterior, esta misión ha sido completada. Ve con tu madre y lleva la paz y el sueño a los mortales.


¡Gracias Lorena! (respondió Sonia Dora, con su infantil sonrisa. Entonces, ambas se dieron un abrazo)


Al día siguiente, Sonia, se encontró descansando en su casa de Burdeos, se levantó de la cama, y acudió junto con Gisella, Pierre y François... ¡bienvenida, Sonia! Hemos hecho crepes para desayunar!


Sonia Dora, le contó sus sueños, los suyos... y escuchó los de todos los demás, recordando las partes olvidadas para los otros. Ese fue su última etapa en Burdeos, decidieron irse al día siguiente. Evitando así los clamores de la guerra que venía reptando desde el Norte. Pero antes, tendrían que llegar al puerto de La Rochelle, rodeada de submarinos alemanes.






Continuará...