jueves, 13 de octubre de 2016

Pueblo de lluvia

Pueblo de lluvia

Oh Todo:
Me diluyo con las huellas de la lluvia
que escancian las nubes
en las calaminas
y en los adoquines resbaladizos

estallan en las calvas, los hombros, los paraguas
y vuelta a naufragar
en los hogares del agua

sacan las botas
meten la ropa
corren bajo los tejados
los humanos empapados
y se ponen a cantar
bajo la alcachofa
con la que se suelen regar

can, can, tin. Plum...
Tin, plum, plum. Can...
chop cap tip lum, lum, cap
quip quip tipitipip pap, clum...
y vuelta a empezar
a rodar sobre la cama
cierran las persinanas
pero les gusta escuchar
lo natural que resbala
alegre, volviendo al mar

las plantas beben el caudal cantante
que percute rimbombante
sobre los coches
ya es de noche
algunos salen a tocar
se esconden del qué dirán
y la fiesta sigue su clin can can
y esgrime sus vozarrones
porque comienza a tronar...
¡¡Bruummm!!

se encoge la ciudad

y algunos, valientes
comienzan a bailar
como los dioses elementales
corren abriendo la boca
comienzan a saltar
la ciudad se ha vuelto loca
las flautas vuelven a brillar
bajo la luz de las farolas
van saltando las botas
los pies se empiezan a desnudar
y les crecen las raíces
comienzan a nutrirse
de la tierra negra
mullida y fresca como la hierba
que les puede acariciar
si, la ciudad se mueve
en una fiesta especial

Rugen los relámpagos
y los niños salen a cantar
son duendes, brujas y magos
la lluvia no les hace daño
les comienza a despertar
de su letargo
de cuevas y de asfalto
en una epifanía social
que abraza un árbol
que pisa los charcos

son gente de viento y de fuego
licúan sus miedos
limpiándose por fuera y por dentro
se entregan a la vida...
como las olas a la mar

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