LUIS
Llevaba pantalones anchos y una sudadera con la
imagen del Ché guevara que ponía “Prefiero morir de pie que vivir de rodillas”
su mochila contenía Las flores del mal de Baudelaire y las Venas abiertas de
América Latina de Galeano.
Salió de la casa de sus padres en un barrio acomodado de Madrid y se dirigió al
metro mirando a través de sus gafas verdes la forma de caminar de una joven. Le
llamó la atención su cabello castaño flotando cerca de unsa oreja ligeramente
puntiaguda. Mientras la miraba, ensayaba rimas sensuales dentro de su cabeza de
melena cobriza y revuelta.
LUILLY
Salió del amplio ascensor de una nave industrial en un barrio periférico de
Madrid, con un pantalón de cuadros blanco y negro, una chaqueta roja y un
sombrero palestino con una bicicleta en la mano.
Montó y se tiró cuesta abajo atravesando descampados, casas de protección
oficial y antiguas naves abandonadas.
Sobre los frenos, unas manos manchadas de pintura azul y roja en las cuales se
marcaban las venas de una mano algo nudosa, fuerte y femenina al mismo tiempo.
Al poco, llegó al Escenas, el bar cultural donde trabajaba como camarero.
A la hora de cerrar, había un tío dormido en el sofá de arriba. Un búlgaro con
ojos azules que no tenía donde ir a dormir y que acabó en su casa.
Lo que no sabía, es que acababa de invitar a un santo cuyo ejemplo le llevaría
a dejarlo todo.
LYS
Salió de la finca cerrando la puerta con suavidad, para que no sonase la
campanita. Iba descalzo, con una camiseta que ponía “Anarchy is for lovers”
Pisó el empedrado salpicado de hojas y flores con curiosidad.
Se dejó caer por las callejuelas de una localidad portuguesa hasta un parque.
Por el camino fue mirando los árboles, las nubes y el paisaje en general.
Cantaba cancioncillas en inglés, portugués y español indistintamente, pero
pensaba en este último idioma, poca cosa, la verdad.
Volvió a la finca okupa donde vivía con Juana y David y comieron productos
reciclados de una fábrica de comida eco. Mientras se calentaba un té en la
chimenea, filosofaron un rato. Apenas tenía palabras para lo que había sentido
durante la ceremonia. Todo es vibración, conocer es recordar, todas las formas
de espiritualidad se reducen al Amor.
NATARAJ
Salió del barco con un pequeño macuto. Se despidió de sus amigos y fue paseando
por las costeras calles de una ciudad brasileña hasta el pueblo más cercano.
Iba vestido de blanco y la gente le miraba con la misma curiosidad que él les
demostraba.
En una finca estaban ensayando samba para los carnavales y se puso a bailar
mientras caminaba. Dejó la mochila y preguntó algo a uno de los vecinos. Le
invitaron a beber y pronto se le olvidó a donde estaba yendo.
Afortunadamente, le hospedaron allí mismo.
NATU
Su casa daba a la plaza de un pueblo de montaña. Allí en un soportal estaba su
vieja bicicleta. Iba vestido con unos pantalones color crema y botas de
montaña. Una sudadera violeta y un chaleco del mismo tono cubrían la parte de
arriba.
El sol alumbró su rostro ovalado de barba rojiza. Montó y se dejó caer hasta un
huerto a orillas del río.
Cogió diversas plantas aromáticas y medicinales mientras hablaba con ellas y
les cantaba o tarareaba alguna canción. Sembró unas acelgas en una tierra
arada a mano poco antes y cuando se acabaron los plantones, se dirigió al río,
atravesando un túnel practicado sobre espesas zarzas. Allí se puso a contemplar
las cascadas. Plástico y basura diversa molestaban su vista y comenzó a recoger
los viejos detritus.
Por la noche, Luis en una habitación forrada de corcho y llena de libros y
dibujos duerme en una pequeña cama pegada a la pared.
Luilly en lo alto de una litera construida con
palés que deja un espacio de meditación abajo, duerme con una muchacha eslava.
Lys en un colchón en el suelo de una casa de campo
que conoció tiempos mejores, duerme junto a una delgada mujer morena.
Nataraj en una habitación austera pero de bellos
colores ornamentando las ventanas duerme solo.
Natu, en una habitación cuyas ventanas dan a las
montañas duerme con una mujer de pelo castaño y una gata blanca y negra.
TODOS
SUEÑAN LO MISMO
UNA TETEREÍA DISTRIBUIDA CON MESAS A DIFERENTES ALTURAS LES REÚNE A TODOS. EN
UN RINCÓN, DETRÁS DEL COLUMPIO DONDE SE SIENTA LUIS, LUILLY, LYS, NATARAJ Y
NATU, SE OBSERVAN EN SILENCIO. LUILLY OCUPA UN DESVENCIJADO SOFÁ VERDE, LYS SE
SIENTA EN EL SUELO SOBRE UN COJÍN REDONDO, NATARAJ Y NATU COMPARTEN COMODAMENTE
UN AMPLIO SOFÁ PEGADO A LA PARED BLANCA. SOBRE ESTE, UN DIBUJO A CARBONCILLO
REPRESENTA UN RELOJ DE ARENA POR EL QUE VAN CAYENDO UNOS CUERPOS DESNUDOS.
LUIS:
Hace poco conocí a quien podría ser mi yo del futuro,
un periodista que amaba a los beatles y vivía con su novia en una buhardilla.
Estaba quemado con el periódico para el que trabajaba, pero afortunadamente, a él le
dejaban bastante libre en su trabajo.
LUILLY:
No te hagas ilusiones con el periodismo, querido. La libertad para escribir no
tiene salarios fijos. Las nóminas las tienen los soldados de los lobbies que
dirigen el mundo.
LYS:
Ellos tienen sus guerras comerciales y necesitan sus escribanos. La clave de la
libertad radica en la no dependencia. La autogestión en comunidad.
NATARAJ:
Qué aburrida sería la vida atado a un terruño, sin poder moverse. La clave de
la libertad está en ser como un soplo de viento. Gracias a la música y la
poesía en cualquier lugar tienes todo lo que necesitas.
NATU:
De qué sirve volcar tus expectativas en ilusiones, Luis, vive el momento, pues
jamás volverá. Nada te va a dar la felicidad salvo el amor que te tengas, y eso
está estrechamente relacionado con tu realización personal.
LUIS:
Con vuestro permiso, voy a recitaros un poema que habla de cómo me siento con
respecto a eso:
Propietario
De mis horas, de mi
camino, de mi sueño
del ahora y del
pasado.
Propietario de
barrotes que juran futuro
Recipiente
que se
llena de mi vida
Y nunca se sabe
Con qué gota
colmará el vaso.
Ahora
propietario
legal
ahora que desbordo
el vaso
y me cuelo por tus
barrotes
Buenas tardes una vez más
LUILLY
no tardará en llegar el día en que ese propietario seas tú. Lo cuál no
significa que desaparezcan los barrotes.
Cuchillo de
viento
Se
han desgarrado mis raíces
Al
arrancarlas de tu tiesto
Lo
que me llevé está ya tan lejos
No
intentes regar mis restos
Yo
te aportaba todo y nada
Una
muleta, un tacataca
Ya
es hora de correr.
Senderos
en el aire
En
el cambio irresponsable
En
la vorágine, en el molino
En
un rojinegro estallido
No
intentes cambiar de medio
Al
menos, no lo hagas por mí
Nada
puede asirse del aire
Mi
camino es un cuchillo de viento
LYS
La clave está en mirar con amor todo lo que nos rodea hermanito.
Tú
mismo
Oh
Todo:
Fui a bailar el día del mono
Y
cómo no
Me había equivocado
(Por hora o por día)
y el centro, estaba cerrado
Me dejé caer en bicicleta
Hasta
el Templo del Sol
Y allí, encontré mi lugar sagrado
El cielo caía con lluvias de energía
Y
la tierra emergía de las raíces
Meciendo nuestros seres
Tocamos acordeones imaginarios
Y
nos movimos al son de brisas invisibles
Todo es posible
En
el Templo del Sol
Y al encontrar una mirada
Diferente
de la mía
Abrí los párpados
Y me diluí en la otra vida
Océano
azul
que nos reflejas y envuelves
Así
son los ojos de quien tienes enfrente
y al cerrarlos
no
dejas de ver
el
alma que siente
Somos semillas
de
duendes, walkirias
de
elfos, druidas
alquimistas,
poetas...
Florece
hacia ti
junta las manos
e inclina la frente
ante tu propia grandeza
En
todo lo diferente
NATARAJ
Yo creo que la clave está en no apegarse a
nada ni nadie, ser el cambio que quieres para el mundo en un mundo que no deja
de cambiar
Latido
musical
A veces quisiera dormir
a
veces quisiera permanecer enchufado
pero
no puedo hacer nada más que vivir
y
ser intensamente, la vida bailando
siento
un dolorcito tan rico
soy
un planeta que se está curando
escucho
las gotas sobre los cartones
del
vagabundo que soy y es que es mi hermano
soy la risa inocente
de
alguien que se ha olvidado
de
lo que fue y en este instante se mira
desde
el vuelo rasante de un pájaro blanco
Soy
un bosque que bebe
cada
vez que el cielo está hablando
gota que estalla en las hojas
fogonazo
verde
y
el río cantando
Soy
la ciudad que se duerme
mientras
llena los vasos y friega los platos
soy
una pantalla con números que corren
verdes
y rojos, negros y blancos
Soy
una mesa y en la mesa un átomo
en
el átomo una partícula
y
en la partícula un minúsculo rayo
un
rayo vacío
una
mesa llena
de
mis sentidos llenando
este
horror tan vacuo
Soy un sueño que se llena
de
sentido cuando despiertas
al
ser la vida, vida alerta
acción
colectiva, conciencia directa
dime
que sientes, y prueba a escucharlo
hasta
desaparecer en la escucha
de
un silencio tan basto
que
comienza en el pecho
hasta
todo llenarlo
NATU
La felicidad ni siquiera es algo que haya
que conseguir, es algo que ya está ahí para quien sabe escucharlo. Es como el
IAOUM inicial, el sonido del Big Bang, cuyo eco podemos escuchar cada vez que
encendemos la radio y buscamos la emisora.
La felicidad
Oh Todo:
no es un lago tan quieto que se miren las
estrellas al sonrojarse las montañas
ni dos cuerpos habitados por el magma cuya
lava origina nuevas islas
la felicidad
se mira en un espejo cotidiano
y ve el milagro extraordinario
de estar viviendo
en un mundo cercado por el caos
la felicidad es un suspiro
al penetrar la piel de plata de las olas
regadas por la luna
o al sentir profundamente la vida
galopando por las venas de tu propio ser
trascender el yo
elevarlo a la enésima potencia
charlando con las plantas
La felicidad es el supremo ser
en el no ser de las exigencias urbanas
La naturaleza es lo que queda
a pesar del milagro de las máquinas
la felicidad es lo que queda
a pesar del milagro de las máquinas
La felicidad es salirse de las órbitas
del trabajo, los hijos y la casa
es salirse de las casillas de los juegos
serios
carcajearse de la importancia de nuestros
problemas
y aletear una sonrisa interior
por los paisajes de la infancia
la felicidad es la feliz edad del Amor
a cualquier hora
del alma humana
Entonces, desperté. En el barrio Salamanca, en Carabanchel, en Sintra, en Olinda, en Guisando... y poniendo una mano en el corazón. Me despedí de mí mismo.
Entonces, desperté. En el barrio Salamanca,
en Carabanchel, en Sintra, en Olinda, en Guisando... y poniendo una mano en el
corazón. Me despedí de mí mismo.