viernes, 28 de abril de 2017

Invocación


Florece Artemisa en la enramada

y en la espesura del bosque
teje su tela la iridiscente Maya

dando vida... ilusión y color


Ah, Diana, diosa de las hadas

tienes tapizada de flores
la colcha verde de tu cama
y escuchas a los faunos
tocando sus flautas

¡Ay! si te encarnaras
cazarías las miradas con la cintura
 con el doble corazón

y con tus piernas urgentes
y tu melena salvaje

abrirías los caminos 
de los peregrinos de la Pacha

Con tus ojos verdes y profundos
brillando como diamantes


detendríase mi viaje
para hacerlo contigo

me adaptaría a tu ritmo 

hasta cruzar el río del olvido
por amor
Tú, que eres la Madre Gaia
la Pacha Mama
sé buena... 
¡encárnate en una humana!


que sea vida, que sea Todo y Nada
Deseo sentir, mi raíz afianzada

junto a otra, que tenga alas
para arrancarnos de cuajo
y sembrarnos
regar nuestros latidos
y compartir hasta el aire
para inhalar y morir
al mismo ritmo

martes, 25 de abril de 2017

Fábula arácnida

Érase que se era, una tarántula fiera, que estaba tan orgullosa de su veneno y sus pelillos urticantes, que nadie en toda la selva, osaba acercarse a ella.
Pero un buen día, que salió silbando de su madriguera, se encontró con una colega suspendida en una tela. Vió sus formas concéntricas brillando con el rocío... como brillantes ojos de colores, y entonces, la tarántula, quiso hacerse con ella.


-Hola, araña costurera, ¿por qué haces telas tan bellas?
-Buenos días araña fiera, las telas, además del rocío, atrapan para mí, moscas y mosquitos. Gracias a mis redes, tengo todo cuanto preciso.
-¡Qué suerte tienes! ¿me la vendes?
-¿Y con qué podrías pagarme, si ya tengo lo que necesito?
-Con tu vida, si te vas, no te la quito.
-¡Ay!, araña fiera, no me eches de mi tela, soy tu hermana, la araña costurera
-Si te quedas, te lanzo mis pelillos. ¡Vete! por última vez te lo digo.
-Tú ganas, araña mala, ya me haré otra tela. Por favor, no me hagas nada.

Y entonces la tarántula, ocupó la casa de su hermana patilarga, pero...
era tan pesada que cuando se puso en el medio ¡chas! ¡chas! uno a uno se rompieron los cabos de la telaraña y no le dio tiempo a la tarántula de irse por patas. Y entonces... ¡Zas! (cayó con todo su peso, envuelta como un caramelo, sobre su panza)

-¡Ay!, maldita sea su estampa, me ha engañado esa araña patilarga
-¿yo? ¡ja! te lo has ganado, araña despiadada, me has destrozado la tela y encima, ¿me vienes de malas? mereces que te abandone, y que te coma la urraca.
-Jajaja, pero qué te has creído, ¿que estamos en España? aquí no hay urracas, pero hay tarántulas.
-Ay te quedas, pedante despiadada, te mereces tu suerte, sea este sitio Brasil, Inglaterra o España.
-¿Inglaterra dices? ¿por la reina de las abejas? ¡ja! araña inculta, no sabes hacer ni las telas.
-Por la reina de las hormigas, dirás, ¡ahí vienen a merendar!
-¿A merendar el qué? Ay Dios, protégeme de la muerte.
-Te convertirás en hormigas, a no ser qué...
-A no ser que ¿qué? lo que quieras, hermana buena.
-A no ser que me des tus pelillos y que con tus colmillos, caces para mí, hasta que me haga una nueva tela.
-¿Eso es todo? ¡lo haré! lo juro por mis ojos
-Y entonces, la araña patilarga, desenvolvió el caramelo de su tela y le dijo a la tarántula. ¡Ya eres libre! cumple tu palabra.
Entonces, la araña fiera, fiel a su instinto, quiso hacer de ella, una presa, pero venían las hormigas. Y las dos, se pusieron alerta.
subieron a lo alto de un árbol, y allí, se salvaron de ser presas. La tarántula mató un par de moscas, y se dieron un banquete con ellas.
-¿En serio quieres mis pelos? sin ellos no hubiera podido cogerlas
-Quédate con tus pelillos y dame las patas, ahora...¡seremos hermanas!
La tarántula, lloró, mientras le estrechaba las patas
-Quién lo hubiera dicho, llorando tú, que eras tan fiera.

-Hoy he aprendido una cosa, querida hermana compañera, y es que leyendo fábulas, lo que no se sabe, se recuerda. Y hasta las arañas tarántulas, que somos bichas bien fieras, valoramos la amistad, por encima de la violencia.
-¡Y una cosa más importante! (dijo la araña costurera), ya sea en España, Brasil o Inglaterra, cuidado con las obreras, al servicio de las reinas.