Las calles del agua
Se escurren en torrenteras
Sobre los adoquines plomizos, la luz de las farolas
Una fachada blanca
Sobre la carnicería
En frente, A media asta
Banderas mojadas
Llora un niño o maúlla un gato
Salgo y no hay nadie
Salvo mi sombra
¿O soy yo la sombra?
Intuyo la nieve
Sobre el bosque, en la montaña
Y me toco las cicatrices de las zarzas
Hoy que no hay nadie, ni nada
Salvo la nieve, en la montaña
Y la luz de un teléfono insomne
Que me ausculte el alma
Decido cambiar
No ser más este agua
Que baja y baja
Sino la paciencia infinita
De la roca que lava
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