lunes, 25 de mayo de 2015

Isla del Sol

Sus laderas ostentan el trabajo de milenios
en terrazas de piedra
Cada árbol, cada vertiente
se calcula en el puchero
no se fue el hambre
pero llegó el dinero

Y es tan rico el ajuar
de linajes, ruinas y leyendas
que las ánimas volvieron loco al abuelo
y anteayer cantaron las sirenas

Entre aquellas tres islas
la ciudad sumergida
objeto de piratas y ascetas

Si... la gran Isla del Sol
está en decadencia
y la última hija del Inti
alza la voz por la inocencia
herencia ancestral del aymara
Que traduce los vientos, las nubes, las yerbas

Turismo sostenible
es la utopía de un isleño
que desde antes de la aurora
remueve la tierra, levanta una casa
o se va de pesca

Por fortuna, siguen siendo dueños del Tiempo
que tejen con cocas y leyendas
sobre el telar de piedra
en que curten sus manos recias

Sus sonrisas son dulces
amables sus bocas
soñadores sus ojos
misteriosas sus sombras
como si su mitad viviese bajo tierra
sepultando el secreto de sus horas
lentas y luminosas
como una caricia de sol
sobre el lago de cara rugosa
guardián de la memoria
de cada rayo de estrella
ofrenda a la Pacha
y canto de sirena...

De aquí partieron los ancestros
hacia toda la Tierra
y ahora retornan sus nietos
a heredar la inocencia

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