El estómago sobre la acera
En la cuneta del progreso
Solsticio de luna negra
Vengo a venerarme
En los ojos de todos los seres del planeta
Nadie puede salvarme
De la azada, el adobe y la asamblea
Nadie puede secarme
Lágrimas que estallan
Sobre las rocas del olvido
Mis palabras
Caminan en la montaña
Saltan en la playa
Y se beben la queimada
de lo viejo
Deseo lo mejor al nuevo desorden
Las distopías tienen tantos seguidores
Luz penetrando en la sombra
Pero las utopías...
Solo son reales
Si son vividas
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