Me emborracho de mí
sin querer ni verme
Avanzo de dos en fondo
hacia mi punto ciego
Sé el camino
pero es tan fácil olvidar
asesinar el instinto
y ser un animal humano
Hoy que ya no está ni mi sombra
haciéndome compañía
Abrazo mi pena
La tierra bebe mi llanto
y me hago el amor
Diosa y Dios
Hermoso y tierno poema cargado de todas las emociones. Todo dicho en pocas y sabias palabras. Abrazos maternales
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarSoy Graciela, no Josè Antonio. Salió así. Lo siento¡ 😔
ResponderEliminarGracias querida madre, lindo tenerte por aquí compartiendo emociones a través de la poesía
EliminarLa belleza es un don de los que aman, la tuya es de Alma, de corazón y de todo lo que tu eres y compartes. Gracias por devolverme la ilusión por la poesía.
ResponderEliminarGracias también a ti, por ese reflejo tan cercano y cristalino. Por ese poder tan femenino y tan bien llevado.
EliminarUn fuerte abrazo!