A veces no basta un solo rezo
Para alejar a los fantasmas de guante blanco
Que hurtan la inocencia
Y hay que caer en un mar de remolinos
Confiar en el sueño
Hasta encontrar a los hermanos
Con los que encarar el dragón sinuoso
De pantallas rutilantes, largos colmillos y labios rojos
Hombres, unámonos
En la victoria del Amor
Sobre el cerebro reptil
Hacerse humano, es sentir
Prenderle fuego a la piel
Tocando al fin
Un solo corazón
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